El estrés crónico social [parte 5]

Es el trastorno de ansiedad eminentemente humano y el más destructivo enemigo del hombre civilizado. (Parte cinco)

Todos los seres humanos van a enfrentar en el curso de su vida dos diferentes tipos de conflictos o crisis (independientemente que sean situaciones competitivas o cooperativas): Las crisis de madurez y las crisis de situación. Las crisis de madurez son las que en algún momento de la vida nos toca a todos enfrentar: La adolescencia, el matrimonio, el nacimiento de un hijo, la muerte de los padres, la vejez y la inminencia de nuestra propia muerte.

Estos conflictos son de una importancia extrema, pero, como ya están prefijados en la conciencia de cada uno de nosotros, estamos atentos al momento en que acontezcan. Las crisis de situación son desencadenadas por acontecimientos inesperados. Como ejemplo de crisis de situación podemos citar una enfermedad discapacitante para nosotros o nuestros allegados, situaciones de pérdidas bruscas de status económico o social, encarcelamientos, jubilación, etc.

Es lógico suponer que enfrentar cualquiera de estas situaciones conflictivas es altamente estresante para cualquiera, pero la situación se puede volver intolerable si a uno de estos procesos se le superpone otro de ellos. Si superar la jubilación, la muerte de la pareja, el nacimiento de un hijo o la pérdida de la seguridad laboral es estresante, cuanto mayor será la agresión si a esa situación de jubilación se le suma la muerte de la pareja, o al nacimiento de un hijo se le agrega la pérdida del trabajo.

Muchas personas pueden superar estas devastadoras situaciones, algunas se refugian en las adicciones (cigarrillo, alcohol, fármacos, comida), muchas caen en la desesperanza y la depresión, y unas pocas eligen el camino de la muerte real (suicidio) o la muerte mental (psicosis) para aliviar su inmensa pena.

Repasando lo antedicho podemos concluir porqué una situación de stress puede ser tan beneficiosa como para salvarnos la vida en una emergencia física (accidente, shock) o matarnos en otra (conflictos o crisis severas). Una de las más graves enfermedades asociadas con crisis severas de stress post traumático es el cáncer.

Todo proceso de stress agudo post traumático puede activar un proceso maligno que hasta ese momento el organismo estaba controlando eficientemente. La descarga crónica de corticoides (cortisol) es la repuesta primaria ante los estímulos agresivos; Esos mismos corticoides, por ser antiinflamatorios potentes, inhiben la respuesta inflamatoria que el cuerpo había “armado” como línea de defensa ante ese cáncer incipiente.

¿…Quién no conoce casos de personas que, tras la muerte de un familiar cercano, al poco tiempo fallecen ellas también? La capacidad de responder con suficiencia ante situaciones de stress de cualquier índole está dada por una serie de factores propios de cada persona y que sucintamente son:

Equilibrio de fuerza: La fuerza necesaria para enfrentar con éxito un conflicto está en función de los anteriores éxitos o fracasos que el individuo sufrió durante su vida, de su estado fisiológico (si se halla sano o enfermo), de la ayuda que siente del entorno (apoyo y estímulo de sus familiares y amigos) y de la creencia que la amenaza es soportable. Cuando alguien está convencido que una situación de crisis puede tener solución o mejoría va a estar más habilitado para diagramar una estrategia de lucha adecuada y acorde con el problema.

Responsabilidad: A mayor responsabilidad social puede haber mayor complicación al momento de elegir la defensa adecuada ante el factor estresante. Los individuos poco responsables o inmaduros no dudarán en tomar rápidas iniciativas, pues habitualmente no analizan el efecto que esas determinaciones pueden tener sobre sus semejantes; Se pueden sacar el problema de encima a cualquier costo. Las personas responsables tienden a aceptar estoicamente las consecuencias de una situación antes que la posibilidad de dañar a otros.

Satisfacción profesional: Cuando un individuo que debe enfrentar una situación de crisis se halla conforme con su actividad y adaptado a su medio ambiente, tiene menos inconveniente en elegir una salida adecuada al problema. Quien puede trabajar en “lo que quiere” y no en “lo que puede” siempre estará mejor adaptado ante el stress.

Comunicación: Tener un interlocutor válido en quien volcar las dudas o las angustias provenientes de una situación de stress, hace siempre más fácil la elección de los mecanismos adecuados de defensa.