El padre del estrés [parte 2]

La historia de Hans Selye y su inagotable persistencia por descubrir los principios del stress y los trastornos de ansiedad. (Segunda parte)

Casi vencido, y en un último y desesperado intento para establecer la existencia de esta “nueva hormona”, Selye inyectó formol a los animales, y allí la eterna respuesta se repitió. Con su gran y nueva hipótesis derrumbada, y ante la certeza que esa nueva hormona no existía, Hans Selye fue presa de una honda sensación de fracaso al ver que todo su trabajo había sido en vano y no conducía a ningún lado.

Pero como todo “grande de la ciencia”, se recompuso y recordó las observaciones que había identificado en los pacientes de sus primeros años de formación médica en la Universidad de Praga, en una sociedad inmersa en la desaparición de su imperio, la pérdida de una guerra, y la feroz recesión mundial.

A muchos de esos pacientes los aquejaban síntomas generales (fiebre, dolor abdominal, artralgias, cefalea, pérdida de peso), en forma independiente a la enfermedad que padecieran… y con una notable similitud con sus ratas enfermas, las que reaccionaban de igual forma ante las distintas sustancias. Allí, prestamente denominó a este curioso fenómeno “Síndrome de sólo estar enfermo”.

Aquella idea de sus años iniciales, le permitió argumentar la teoría sobre la existencia de un mecanismo orgánico que determinaba una respuesta general ante los agentes nocivos. Olvidado ya de su nueva y “frustrada” hormona, sometió a sus ratas a temperaturas extremas, a ejercicio extenuante, a traumatismos varios, y a la inyección de distintas drogas donde certificó, para beneficio de la humanidad, un fenómeno desconocido, y mucho más importante que la hormona soñada.

Presentó sus conclusiones iniciales en 1936, en el British Journal Nature, en un artículo llamado “Un síndrome producido por diversos agentes nocivos”, donde planteó que: “Independientemente de la naturaleza del estímulo nocivo, el organismo responde de manera estereotipada. Esta reacción representa un esfuerzo del organismo para adaptarse a la nueva condición a la que es sometido, y esto es el Síndrome General de Adaptación o Estrés”.

En su autobiografía “The Stress of my life”, publicada en 1977, Selye mencionó que el mejor término para definir su idea hubiera sido “strain”, que hace alusión a la idea de tensión o tirantez sobre un cuerpo, palabra ésta empleada en el campo de la física. Aunque Selye hablaba siete idiomas, por aquel entonces su dominio del inglés no era el ideal, y esa fue la razón por la que utilizó el término “stress” y no “strain”.

En 1950, culminando todo su intenso trabajo, publicó su investigación más famosa, “El Stress, un estudio sobre la ansiedad”. Su tarea científica fue más que prolífica: • Fue profesor y director del Instituto de Medicina Experimental y Cirugía de la Universidad de Montreal, hasta su jubilación en 1977, llegando a dirigir cuarenta asistentes de laboratorio quienes trabajaron con quince mil animales de laboratorio. • En 1975, fundó el Instituto Internacional del Stress. •

• Creó la Fundación Hans Selye y el Instituto Canadiense del Stress. • Obtuvo tres doctorados y cuarenta y tres doctorados honorarios. • Fue nominado para el Premio Nobel en 1949. • Publicó más de mil setecientos artículos científicos y unos treinta y nueve libros. • Obtuvo reconocimiento mundial como… El Einstein de la medicina.

• Su trabajo ha sido mencionado en millones de publicaciones en casi todos los principales idiomas del mundo. • Sus dos libros principales, “The Stress of Life”, de 1956 y “Stress Without Distress”, de 1974, fueron best sellers y se vendieron millones de copias en todo el mundo.

Este gran científico murió el 16 de octubre de 1982, en Montreal, Canadá, a la edad de 75 años, siendo una mente innovadora cuya influencia perdura en el arduo trabajo de estudiantes e investigadores que luchan cotidianamente en pos de un mundo mejor y donde el bienestar físico, psíquico y social sea una realidad.