Entretelones del Insomnio
Entretelones del insomnio. El drama de no conciliar el sueño.
El insomnio es una de las patologías más frecuentes en las sociedades modernas.
El insomnio es un trastorno del ritmo del sueño que se presenta con mayor frecuencia de lo que se cree, siendo una patología de alto riesgo para la salud a corto o largo plazo.
Es sabido que una de las prácticas del denominado “lavaje de cerebro” utilizado por los servicios secretos como táctica de doblegamiento de la voluntad es la privación del sueño.
Los trastornos del ritmo del sueño son múltiples y van desde el inconveniente para lograr conciliar el sueño (el insomnio inicial o temprano), donde la persona, por más que se acueste temprano, no logra conciliar el sueño hasta pasadas varias horas (insomnio tardío), y cuando lo hace, ese sueño es entrecortado, no logrando el adecuado descanso.
Esta secuencia de sueno entrecortado y mal descanso, lleva a un grado de agotamiento crónico que favorece la aparición de somnolencia diurna (una hipersomnia), con el complejo inconveniente de quedarse dormido en cualquier momento (hipersomnia), con el riesgo que ello conlleva.
Cuando alguna de estas tres instancias se presenta, el individuo se halla presa de un cansancio crónico, que ya comienza con el inicio del día. Dado esto, se puede decir que el insomnio es uno de los principales responsables de la pérdida de la salud a largo plazo, afectando todas las esferas de la vida: la personal, la laboral y hasta la social.
Aunque lo comúnmente indicado es tener ocho horas diarias de descanso, el tiempo de descanso necesario puede variar ampliamente de una persona a otra, aunque el parámetro cercano a las ocho horas de sueño es siempre el más indicado.
En algunos casos, muchas personas pueden presentar un insomnio de corto plazo (agudo), que dura unos pocos días a algunas semanas. En general este tipo de insomnio es secundario a una situación de estrés o a un evento traumático. Es de hacer notar que algunos individuos pueden presentar, por los mismos motivos, un insomnio de más largo plazo (un estrés crónico), que puede durar un mes o más.
Los síntomas comunes al insomnio suelen incluir:
• Dificultad para lograr conciliar el sueño por las noches.
• Despertarse varias veces durante la noche.
• Despertarse mucho más temprano de lo pactado.
• Sentirse extremadamente cansado luego del sueño nocturno.
• Cansancio crónico con somnolencia durante el día.
• Irritabilidad, angustia y depresión o ansiedad y estado de alerta.
• Dificultad para mantener una adecuada atención.
• Desconcentrarse en las tareas cotidianas o presentar dificultad para recordar.
• Aumento en la cantidad de errores o tendencia a accidentes.
• Preocupaciones constantes respecto del ritmo del sueño.
Cuando el insomnio llega a dificultar el desempeño de las tareas cotidianas, es el momento de consultar con el médico para aclarar las causas de tal patología. El insomnio puede ser un hecho aislado o estar asociado a otros problemas de salud preexistentes.
Uno de los causales del insomnio crónico suele ser el estrés crónico social que es el estrés de la vida cotidiana. Es de hacer notar que un insomnio puede tanto durar días, como años.
Los trastornos del ritmo del sueño son múltiples y van desde el inconveniente para lograr conciliar el sueño (el insomnio inicial o temprano), donde la persona, por más que se acueste temprano, no logra conciliar el sueño hasta pasadas varias horas (insomnio tardío), y cuando lo hace, ese sueño es entrecortado, no logrando el adecuado descanso.
Esta secuencia de sueno entrecortado y mal descanso, lleva a un grado de agotamiento crónico que favorece la aparición de somnolencia diurna (una hipersomnia), con el complejo inconveniente de quedarse dormido en cualquier momento (hipersomnia), con el riesgo que ello conlleva.
Cuando alguna de estas tres instancias se presenta, el individuo se halla presa de un cansancio crónico, que ya comienza con el inicio del día. Dado esto, se puede decir que el insomnio es uno de los principales responsables de la pérdida de la salud a largo plazo, afectando todas las esferas de la vida: la personal, la laboral y hasta la social.
Aunque lo comúnmente indicado es tener ocho horas diarias de descanso, el tiempo de descanso necesario puede variar ampliamente de una persona a otra, aunque el parámetro cercano a las ocho horas de sueño es siempre el más indicado.
En algunos casos, muchas personas pueden presentar un insomnio de corto plazo (agudo), que dura unos pocos días a algunas semanas. En general este tipo de insomnio es secundario a una situación de estrés o a un evento traumático. Es de hacer notar que algunos individuos pueden presentar, por los mismos motivos, un insomnio de más largo plazo (un estrés crónico), que puede durar un mes o más.
Los síntomas comunes al insomnio suelen incluir: • Dificultad para lograr conciliar el sueño por las noches. • Despertarse varias veces durante la noche. • Despertarse mucho más temprano de lo pactado. • Sentirse extremadamente cansado luego del sueño nocturno. • Cansancio crónico con somnolencia durante el día. • Irritabilidad, angustia y depresión o ansiedad y estado de alerta. • Dificultad para mantener una adecuada atención. • Desconcentrarse en las tareas cotidianas o presentar dificultad para recordar. • Aumento en la cantidad de errores o tendencia a accidentes. • Preocupaciones constantes respecto del ritmo del sueño.
Cuando el insomnio llega a dificultar el desempeño de las tareas cotidianas, es el momento de consultar con el médico para aclarar las causas de tal patología. El insomnio puede ser un hecho aislado o estar asociado a otros problemas de salud preexistentes. Uno de los causales del insomnio crónico suele ser el estrés crónico social que es el estrés de la vida cotidiana. Es de hacer notar que un insomnio puede tanto durar días, como años.
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