La Ruta de la proteína [1]

[Parte uno] Un minúsculo nutriente alimentario que tuvo la potencia vital para cambiar la historia de la humanidad desde sus propios orígenes

Por qué es importante y prioritario mantener un adecuado ingreso de proteínas de alto valor biológico en la alimentación humana? Cuando los primates (los grandes simios), todavía eran solo un miembro más de la naturaleza, la proteína intervino en el tema y les dio un empujón definitorio hasta la condición de homínido (que es un punto intermedio en la evolución) y desde allí llegar, según los Evolucionistas hasta la instancia humana, y para los Creacionistas finalizando su cambio en esa etapa.

Recorriendo la historia de esa lejana evolución podemos entender cada uno de sus trascendentales pasos. Hace cuatro millones de años, se inicia en forma concreta la carrera por tratar de llegar a la cumbre de la escala zoológica. Por esos tiempos, una criatura de características simiescas abandona la seguridad y refugio de los árboles y se adentra temeroso en la inexplorada llanura, mitad sabana, mitad pantanos.

Ramidus, tal el nombre científico de ese Australopithecus encasillado en la categoría de homínido. No es ni mono ni hombre, es un prototipo de los tantos que fueron apareciendo en aquellos tiempos, como si se tratase de una práctica de prueba y error; el más apto sigue… los demás quedan en el camino.

El escenario de esta obra es el Valle del Rift, en la meseta centro africana; Este valle es una zona semidesértica ubicada en la fractura geológica que parte al continente en dos mitades; en lo que hoy es la actual República de Tanzania… y casualmente también es el lugar de origen del humano moderno… El Homo Sapiens.

Ese homínido de baja estatura, abdomen globuloso y extremidades exageradamente largas tuvo el descaro evolutivo de ponerse de pie y liberar sus miembros superiores que hasta ese momento solo acompañaban la tarea del traslado. Una hipótesis simplista nos marcará que los pasos en la evolución del primate hacia el homínido se fueron dando como sucesos perfectamente encadenados y fácilmente explicables:

1. Los cambios climáticos alteraron la geografía del hábitat natural de los primates, desaparecieron los grandes bosques lo que obligó a estas criaturas a bajar de su refugio arborícola y adaptarse al terreno llano. 2. Como las distancias entre uno y otro árbol ahora eran mayores, caminar en cuatro patas no era útil, por lo que esa ancestral criatura se irguió en sus miembros posteriores. 3. Al liberar las manos comenzó a utilizarlas para cambiar sus costumbres, su alimentación y su inteligencia.

Vemos una hipótesis muy precisa y perfecta, donde todo cabe en su lugar; Lástima que no se adapta a varias realidades irrevocables: a. Hay suficientes evidencias que cuando los homínidos se adentraron en terreno llano (hace siete millones de años) los bosques aún existían, aunque en menor densidad que la selva tropical previa, en similares condiciones que cuando esos mismos seres eran todavía netamente arborícolas. b. Existe un “vacío” de dos millones de años entre el momento de la bipedestación (andar erguido en dos patas) y el momento en que se halla evidencia firme de la utilización de la mano como primitiva herramienta.

Continuará…