La utopía de Utopía
La fantástica e idealizada isla donde todo es organizado y perfecto
Utopía, cuyo título original es "Librillo verdaderamente dorado, no menos beneficioso que entretenido, sobre el mejor estado de una república y sobre la nueva isla de Utopía", fue escrito por el filósofo y pensador inglés Tomás Moro en el año 1.500 y estuvo inspirado en las narraciones fantásticas del Nuevo Mundo, realizadas por Américo Vespucio.
Según el relato, la isla de Utopía fue creada artificialmente por sus propios habitantes, quienes por orden del rey Utopo, cortaron el istmo que la unía al continente. La república se compone de cincuenta y cuatro ciudades estado del mismo tamaño y misma cantidad de población, con su capital, Amaurota, ubicada en el centro exacto de la isla para su mayor comodidad.
Las casas de Utopía son construidas iguales, con dos puertas, una que da a la calle y otra a un huerto. El diseño es racional y previsor, contemplando luminosidad, ventilación, etc. Las casas no les pertenecen a los ciudadanos, ya que en Utopía no hay propiedad privada y cada diez años los ciudadanos cambian de casa por sorteo.
La población se organiza en familias con un sistema patriarcal, donde el hombre de mayor edad tiene la autoridad. Por cada treinta familias los ciudadanos eligen anualmente a un jefe, al que llaman sifogrante (anciano o sabio). Cada grupo de diez sifograntes con sus treinta familias dependen de un traniboro (el que preside la mesa), que es también elegido anualmente.
En cada ciudad, el total de los sifograntes, en número doscientos, elige por voto secreto al príncipe, entre los candidatos sugeridos por el pueblo. El cargo de príncipe es vitalicio, pero puede ser depuesto bajo sospecha de tiranía. Los traniboros se reúnen regularmente en el Senado con el príncipe, llevando a dos sifograntes, en cada oportunidad una pareja distinta.
Las manifestaciones fuera del Senado se castigan con la pena de muerte, buscando así evitar las conspiraciones y la tiranía. Los asuntos importantes, son llevados por los sifograntes a las familias a su cargo, donde se discuten para que presente la opinión común en el Consejo. Existe un Senado para toda la isla, donde los temas que afectan a Utopía son tratados.
En Utopía existe la esclavitud. Los ciudadanos terminan como esclavos al ser castigados por sus crímenes. Los utópicos tienen pocas leyes. Está prohibida la caza o reírse de los lisiados.
Hay libertad religiosa con tolerancia por las diversas religiones de la isla. Está condenada la violencia por causas de religión y la base moral de la isla es hedonista y pacifista.
En este relato fantástico e idealista de Tomás Moro existen veladas críticas a la sociedad de su época, sociedad con principios y valores totalmente alejados de la mítica Utopía. Nunca como en estos tiempos convulsionados y difíciles del mundo harían falta miles y miles de sociedades como la de Utopía. Será por eso que conseguir una Utopía se torne en una tarea imposible.
Según el relato, la isla de Utopía fue creada artificialmente por sus propios habitantes, quienes por orden del rey Utopo, cortaron el istmo que la unía al continente. La república se compone de cincuenta y cuatro ciudades estado del mismo tamaño y misma cantidad de población, con su capital, Amaurota, ubicada en el centro exacto de la isla para su mayor comodidad.
Las casas de Utopía son construidas iguales, con dos puertas, una que da a la calle y otra a un huerto. El diseño es racional y previsor, contemplando luminosidad, ventilación, etc. Las casas no les pertenecen a los ciudadanos, ya que en Utopía no hay propiedad privada y cada diez años los ciudadanos cambian de casa por sorteo.
La población se organiza en familias con un sistema patriarcal, donde el hombre de mayor edad tiene la autoridad. Por cada treinta familias los ciudadanos eligen anualmente a un jefe, al que llaman sifogrante (anciano o sabio). Cada grupo de diez sifograntes con sus treinta familias dependen de un traniboro (el que preside la mesa), que es también elegido anualmente.
En cada ciudad, el total de los sifograntes, en número doscientos, elige por voto secreto al príncipe, entre los candidatos sugeridos por el pueblo. El cargo de príncipe es vitalicio, pero puede ser depuesto bajo sospecha de tiranía. Los traniboros se reúnen regularmente en el Senado con el príncipe, llevando a dos sifograntes, en cada oportunidad una pareja distinta.
Las manifestaciones fuera del Senado se castigan con la pena de muerte, buscando así evitar las conspiraciones y la tiranía. Los asuntos importantes, son llevados por los sifograntes a las familias a su cargo, donde se discuten para que presente la opinión común en el Consejo. Existe un Senado para toda la isla, donde los temas que afectan a Utopía son tratados.
En Utopía existe la esclavitud. Los ciudadanos terminan como esclavos al ser castigados por sus crímenes. Los utópicos tienen pocas leyes. Está prohibida la caza o reírse de los lisiados. Hay libertad religiosa con tolerancia por las diversas religiones de la isla. Está condenada la violencia por causas de religión y la base moral de la isla es hedonista y pacifista.
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